En la plaza Arriquibar (hoy entrada a la
Alhondiga), solía sentarse una mujer; pasaba horas y horas, a veces tejiendo,
pero siempre mirando a una tienda que había en la esquina de Alda. Urquijo. Se
hacía unos sombreros cada vez más grandes y esperpénticos y la gente la llamaba
la loca de los sombreros. No se metía con nadie, solo miraba a la tienda
esperando que apareciera el hombre del que estaba enamorada, que decían que
había sido su novio y la dejó para casarse con otra y eso le había hecho perder
la cabeza. Nunca dejó su vigilancia diaria, estuvo allí hasta que murió.
Dicen que la canción de Perales y que
canta Mocedades “La llamaban loca”, se inspiró en su historia.