Don José Luis Pitarque vivió toda
su vida del cuento. Su nombre aún hoy sirve para designar a cuantas personas
practican el arte de vivir como un maharajá sin dar ni golpe. De ahí viene el
dicho: “tienes más jeta que Pitarque”.
Con buena presencia y siempre
elegantemente vestido con trajes impecables, desarrolló su actividad en la
primera mitad del siglo pasado.
Una de sus habilidades era la de
catador de banquetes nupciales. Los que iban por parte de la novia pensaban que
aquel señor tan simpático y atento iba por la parte del novio y los de éste
creía lo contrario. Acabado el ágape, los comensales se disgregaban y Pitarque
desaparecería del restaurante haciendo para sus adentros una crítica del menú.
El resto del día lo empleaba nuestro personaje en hacer relaciones públicas,
alternando y bebiendo gratis gracias a su ingenio.